viernes, 15 de abril de 2011

Aprender a vivir sin una persona especial en tu vida

Hoy, 15 de abril del 2010, comienzo la que será mi cuarta entrada diciéndoos que me volváis a disculpar por la tardanza, pero no estaba muy inspirado. Pero tranquilos. Vengo con las pilas cargadas.
Sobre le tema de hoy, a lo que vamos.
¿Nunca ha´béis sentido ese vacío ahí dentro cuando nos deja una persona especial en nuestra vida, cuando se va lejos de nosotros, que sabemos que nunca más la volveremos a ver?¿Ese vacío esos primeros días en los que esa persona se ha dio?
A mí sí, desde luego. Cuando perdí a mi abuelo sentía la necesidad de hablar con alguien, de no sentirme solo, de tener la mente ocupada en otra cosa que no fuese pensar en él. No era una experiencia nueva en mí ya que al terminar un campamento alucinante, me tuve que despedir de todas las personas que conocí hacía apenas 13 días y conviví. Esa despedida fue también muy dura. Las lágrimas no paraban de aflorar en mi rostro mientras me despedía de las personas que seguramente volvería a ver muy poco después de esas dos semanas. En el viaje de vuelta llevé a un amigo que también se había venido al campamento. No tuvimos el valor de abrir la boca para pronunciar una sola frase durante el trayecto Sentíamos que nos faltaba algo. Sentíamos aquella sensación que tienes cuando dejas algo increíble, espeluznante, que sabes que no volverás a repetir atrás y quieres recuperarlo. Sientes esos momentos de melancolía, que duran un día, una semana, un mes, incluso años, pero que no puedes hacer nada para pararlos. Sólo con el tiempo se consiguen remediar.
Ésto es algo de que la vida nos da, que tenemos que vivir todos, tarde o temprano. Hay que resignarse a ello. Hay que cavilar sobre los momentos que pasaremos recordando aquellos días con esa persona o personas especiales que tanto nos hicieron reír, llorar, pasar miedo, divertirte. Darás marcha atrás en el tiempo y los momentos mágicos aparecerán en tu mente como por arte de magia. Entonces esa sonrisilla y esos ojos lagrimosos se harán notar en tu rostro.
¿Qué podemos hacer ante ésto?
Lo más fácil es pasar de todo y matar tus penas de formas poco éticas.
Pero hay que aprender a vivir sin personas especiales en nuestras vidas. Hay que acostumbrarse a no tener su presencia. Hay que intentar no pensar en ellas y hablar con alguien o hacer siempre algo para evitar estos pensamientos. Porque lo más normal después de esa pérdida de un familiar, de una migo o de una persona que sabes que no volverás a ver en tu vida es recordarla. Y sí. Hay que hacerlo. Pero no en días posteriores porque sería caer un poco más adentro de ese vacío que se forma. Intentar estar distraído es la mejor forma de olvidar una pérdida. Cuando haya pasado un tiempo y la ese vacío se llene, será el momento ideal para recordar aquellos momentos.
En conclusión. Ante la pérdida de una persona especial en tu vida y los sentimientos de tristeza que fluyan a raí z de ello, lo mejor será estar distraídos, con la mente en otro sitio. Conseguiremos que no salten esas lágrimas, esa sonrisa hacia abajo y síntomas de los llantos.
Cuando todo esto no ocurra al pensar en ese ser humano, habremos aprendido a vivir sin una persona especial en nuestra vida.

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