Se trata de soñar

El otro día soñé lo que posiblemente sea una de las cosas más difíciles para mí: estar con la chica a la que aprecio. Y soñé que se convertía en realidad.
Vosotros pensaréis que los sueños son solo eso, sueños. Que son aquellas cosas las cuales nunca se verán en la vida real, que son imposibles de realizar, que lo mejor que podríamos hacer es apartarlos de nuestro pensamiento y pensar de verdad en nuestros problemas de nuestra vida real. Que los deseos son ilusiones con las que podremos fantasear pero nunca vivir.
Pues yo os digo que no hace falta cavilar sobre esas cosas. Hay que cambiar nuestra forma de pensar. Hay que creer en los sueños, que es posible llevarlos a cabo, y un día, cuando nos levantemos, nos miremos al espejo y digamos "hoy voy a cambiar mi vida, lo voy a hacer, voy a convertir lo que un día creí imposible, en realidad".
Porque, si nos lo proponemos, somos capaces de todo.
Pasando al tema de convertir los sueños en realidad he de decir que sólo depende de nosotros, depende de la fuerza de voluntad que tenga cada uno. Pero hay días malos, en los que uno pierde toda confianza en sí mismo para pasar a al caída, en los que cree que todo le va a salir mal y que no será capaz de conseguir aquellos que una vez pensó. Ahí es cuando los amigos y familiares tienen un papel fundamental.
Porque una depresión nunca es fácil de superar. Pero se debes recordar que tienes a gente a tu alrededor que tratará de ayudarte te apoyará y conseguirá que salgas de esta delicada situación. Entonces deberás levantarte y demostrar que no estabas perdido, que has conseguido hacer lo más difícil, que es sobreponerte.
Ahora caminas de otra forma y ves las cosas mucho más coloridas, antes todo era negro. Y pasa el tiempo y tu vida va cambiando, va mejorando con el paso de los años.
Poco a poco ves como queda atrás aquella situación de depresión que, con la ayuda de tus seres queridos, conseguiste superar.
Y te paras durante un segundo y recuerdas.
Levantas la cabeza y ves lo que tienes a tu alrededor. Giras la cabeza, miras arriba, abajo, a la izquierda y hacia la derecha.
Y una sonrisa se alza en tu cara.
Observas como lo que un día soñaste, se ha convertido en realidad.